Nuestra selección de platillos intenta evocar a todos aquellos lugares y aromas que fueron impregnando nuestra memoria olfativa. Por ello rendimos homenaje a los antojitos de los portales, con creaciones como sopes de pato, tacos de lechón y buñuelos de flor de calabaza.
A los antiguos fogones de carbón de la centenaria fonda, sopas como la de cuatro hongos, de frijol tostado o de cola de res con lentejas, y al ancestral horno de leña, con el pato marinado en pulque y laqueado en piloncillo y chile de árbol o nuestro original filete a la “Plancha de Carbón”, no pudiendo faltar el dulce recuerdo conventual del pan de elote y el flan de queso panela y el espléndido contraste del ácido xoconoztle sobre un espejo de zapote, nostálgica reinterpretación de los añorables postres de la abuela.
Para complementar este ambiente de época, nada mejor que disfrutar de nuestros bollos, elaborados diariamente a partir de fresco pulque y rellenos de mole y requesón artesanal. Nuestro tradicional carrito de salsas, martajadas directamente en su mesa, le permitirán saborear toda la gama de chiles mexicanos en infinitas e intensas combinaciones, y para saciar la sed y aplacar las especias, nada mejor que un refrescante y digestivo curado de pulque (visite nuestra Sala del Pulque) o una “Aparición”, sugestiva bebida de mezcal, fruta de la estación, hielo y sal de gusano escarchada.