En aquellos tiempos en que la Ciudad de México era aún la región más transparente, cerca del hermoso Cerro del Tepeyac, se construyó esta espléndida casa desde la que se podía ver la gran Basílica de Guadalupe.
Con un estilo arquitectónico colonial, guarda ese ambiente con sabor monástico europeo, pero con la adición de elementos innovadores típicos de la Nueva España como los atrios centrales, el patio y las decoraciones talladas en piedra inspiradas en el arte pictórico conocido como tequitqui o indocristiano; una suerte de estilo hecho por los indígenas que construyeron los edificios basado en los patrones europeos y dirigidos por los frailes.
Qué mejor espacio para albergar al Monte Cristo®, donde podrá disfrutar de nuestros excelentes platillos, con la mejor atención y en un lugar donde se sentirá como en la sala de su propia casa.